viernes, 1 de abril de 2011

Cuando mi maestro muera

Sole y Luna salen del Salon de castigo por segunda vez en la semana, Sole, viendo a su maestra bostezar con dolor, pone una cara dulce y deja sobre la mesa de la profesora:

Hace ya cinco años que salí del salón con la frente en alto, la primaria dejo atrás en la memoria pero no el recuerdo de mi maestra, ella era una mujer dulce que olía a tiza, una regla de madera ocultaba en su cuaderno, un crucifijo atado a su bolso y unos lentes gruesos bastante antiguos, yo la respete mucho, aun cuando ella reprendía esa cabeza loca mía, cuando la llame mama por accidente no se rió como mis compañeros de clase, me defendió poniendo el orden, la señora margarita me enseño varios rumbos de vida, algunos bastante desafiantes, ella me enseño a escribir por gusto, a como jugar con el mundo, a querer a las niñas, a la fuerza me enseño modales y se lo agradeceré.


Ahora que paso el tiempo, que me afeito 2-3 veces por semana y que a las mujeres me las tienen que quitar con palo, puedo decir con libre conciencia que cuando mi maestra muera llorare y reiré, nunca podré ver otra vez a la señora margarita pero a dulces pasos seguiré sus mejores lecciones y las malas las puliré, serán mis lecciones de clase a mi manera pero no mis palabras, esas son de ella


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