No tengo ganas de pelear, honestamente estoy contra las cuerdas, toda una tarde de trabajo en el viñedo y boxear con la peonada me tiene sin fuerza, perdóname amada mía, perdóname tu también hija, creo que no voy a llegar a casa, no podré escucharte cuando me digas como te fue con las gallinas en el mercado, oh hija mía no lograre llegar para arroparte antes de que caigas dormida, difícilmente lograre dar dos-tres pasos fuera de la plantación, guardando los guantes y cambiándome de camisa estoy ya cabeceando, rechazo la ayuda de los trabajadores para no quitarles su tiempo, igual me llevan hasta la entrada, un paso mas y estaré en la sala, resisto, resisto cuanto puedo, tres pasos mas y llegare a la cocina, fuerza no me abandones, inútil, ya las piernas no me responden, en la mesa de la cocina toda sucia de mermelada he caído ya hasta mañana
Luna sale de su ducha y poniendole a Sole un dulce en la mano lo ayuda a entrar
