domingo, 22 de agosto de 2010

Ron y brujas

Sole ha vuelto de su largo viaje en el molesto silencio de ser el
Ve a Luna en la cama y decide escribirle:

Degenerando el idioma en una mesa, con monedas de sobra y billetes de licor perfumados, las cartas bien escritas con su firma en mi bolsillo, en mi valija solo basura, quemando tiempo…
La hora de abordar es anunciada por los pregoneros, la llamada entra hasta mi mesa en el cafetín, mentiría si dijera que no me alerto, pago y me despido de esta estación lluviosa, voy a tierra de montañas y verdes campos, no subo al tren de momento por una tontería, sin monedas ahora y con flores en la mano, el viaje no es carga ya…
Yo te necesito ver, mi princesa campesina, yo te necesito ver, sentirte, escuchar tu voz regañarme por beber más y comer poco, si no estas muy molesta, sentir tu figura con mis manos, tus extrañas costumbres…
Llegue a tiempo para un segundo trago y tu con tu protuberante mano me golpeas, lo siento princesa, la fuerza de la costumbre, tienes tierra en el pelo, te pongo mis flores en tu utópico pecho, ahora… dame tu mejor golpe… llévame a casa hermana



Luna sigue en su sueño, Sole pone su hoja en la mesita y la acompaña

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